La iluminación es uno de los elementos más poderosos a la hora de transformar la energía de un hogar. No solo afecta la forma en que percibimos los espacios, sino también nuestro estado de ánimo, nuestra concentración y hasta la calidad del descanso. Si deseas crear un ambiente más sereno y acogedor, aquí tienes una guía sencilla para iluminar tu casa y llenar cada rincón de calma.
Opta por Luz Cálida para un Ambiente Relajante
Las luces cálidas (entre 2.700K y 3.000K) son ideales para crear una sensación de bienestar. Este tipo de luz imita el brillo natural del atardecer, lo que ayuda al cuerpo a relajarse.
Consejo: utiliza bombillas LED cálidas en dormitorios, salas y pasillos.

Juega con Capas de Iluminación
Combina distintos tipos de luz para evitar ambientes planos o demasiado intensos:
- Luz general: lámparas de techo o plafones.
- Luz ambiental: lámparas de pie, velas o tiras LED.
- Luz puntual: focos dirigidos, lámparas de lectura o apliques.
Esta mezcla crea profundidad, armonía y una luz más suave para los ojos.
Aprovecha al Máximo la Luz Natural
La luz del sol es una de las herramientas más terapéuticas del hogar. Abre cortinas, utiliza estores ligeros y mantén despejadas las ventanas.
Idea: coloca espejos estratégicamente para reflejar la luz y multiplicar su efecto.
Utiliza Pantallas y Difusores que Suavicen la Luz
Las pantallas de tela, papel o fibras naturales ayudan a disminuir la intensidad y a generar una iluminación más agradable.
Tip: evita lámparas sin pantalla en zonas de descanso, ya que producen sombras duras.

Apuesta por Luces Regulables (Dimmers)
Los reguladores de intensidad son una herramienta perfecta para adaptar el ambiente según el momento del día.
Ejemplo: luz más brillante para actividades y más tenue para las noches o momentos de relajación.
